Cesc, un jugador de bandera

domingo, 28 de agosto de 2011

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Las cifras del traspaso de Cesc Fàbregas al Barça fueron motivo de tesis doctorales en la prensa. Hoy ya casi nadie discute sin fueron 29 millones o 40. Lo que hoy se discute, más bien se afirma, es que el de Arenys de Mar es el fichaje de la temporada, que debió hacerse incluso antes, pero que ha llegado en el momento preciso para seguir alimentando de ilusión a un equipo que la tiene toda.

El futbolista se ganó a los más escépticos en la rueda de prensa de su presentación, el 15 de agosto, con un discurso coherente, pero se los ha metido en el bolsillo en el terreno de juego, que es donde mejor se expresa. Ha jugado poco, muy poco, pero los 75 minutos en los que ha participado han sido más que suficientes para confirmar lo que se sospechaba, que Cesc no necesita adaptación porque ha nacido para jugar de blaugrana y parece que lleve diez años haciéndolo. En este Barça, en el que ha coincidido con gente que ya conocía desde hace mucho, como Piqué y Messi, o desde no hace tanto, como Villa o Pedro. En la vuelta de la Supercopa de España ante el Real Madrid volvió a vivir sensaciones que guardó en un cajón cuando tenía 15 años y decidió marcharse al Arsenal.

El abrazo con Leo Messi en el 3-2 le teletransportó a su etapa como cadete. El viernes, en Mónaco, inició la carrera desde el centro del campo consciente de que Leo tenía el balón y sabía dónde lo pondría. Cuando controló y fusiló a Helton empezó a correr, pero, acto seguido, varió la dirección, se giró y buscó al argentino. Volvieron a abrazarse y volvieron a sentir que tenían 15 años.

Ambos han vivido mucho desde entonces, pero siguen compartiendo el mismo idioma sobre el terreno de juego. Cesc no es uno más en el equipo, sino la pieza que completa un puzzle que roza la perfección. Cesc no necesita adaptarse porque nunca ha dejado de jugar el fútbol que juega el Barça.

Se hizo grande en Londres, pero su madurez como futbolista la disfrutará vestido de blaugrana. Hoy hace dos semanas que aterrizó en Barcelona y parece que no se hubiera ido nunca. Está tan adaptado que, como Xavi, Piqué o Puyol, ya es motivo de polémica en Madrid. El paseo que se dio, Supercopa de Europa en mano y `estelada¿ al cuello, para celebrar el título en Mónaco ha escocido demasiado en ciertos colectivos que no aprueban ninguna otra tela que no sea la bandera rojigualda. El futbolista fue advertido de la polémica que había creado de forma involuntaria y Cesc quiso rebajar la tensión en su `twitter¿: “Mis compañeros me han dicho que alguien está ofendido por una bandera que llevaba puesta. Perdón, pensaba que era una bandera catalana como todas”. “Hay gente que lo mira todo con lupa sin pensar el momento que he podido vivir en esos momentos, pero nadie me quitará hoy la felicidad q siento”. Con o sin `estelada¿, el de Arenys de Mar es feliz.
Ha regresado a casa, juega a fútbol con sus amigos y gana títulos. Otros no pueden decir lo mismo. Quizá es que lo que molesta no son las telas, sino las copas que el Barça levanta. De lo que no hay duda es de que Cesc es un futbolista de bandera.

Le tiraron la 'estelada' desde la grada

Cesc Fàbregas acabó el partido eufórico. Salió de refuerzo y marcó el gol que sentenciaba el título de la Supercopa de Europa. Era una persona muy feliz y, desde la grada, le tiraron una bandera. Sin mirarla, entendió que se trataba de la ‘senyera’, las cuatro barras rojas verticales sobre un fondo amarillo, así que se la puso al cuello y empezó a dar la vuelta de honor al campo con el trofeo. Como no tiene ojos en la espalda, no pudo ver que se trataba de una ‘estelada’. Cesc no tenía ninguna intención de entrar en temas políticos ni de crear una polémica que no va con él. Lo único que quería era celebrar el título con sus compañeros y la afición. Cuando le hicieron ver el revuelo que se había montado, el futbolista quiso zanjar el tema vía ‘twitter’. De hecho, en algunas fotografías también aparece con la bandera del Barça. El centrocampista de Arenys de Mar no vio que se trataba de una ‘estelada’, sino de una ‘senyera’, por lo que en ningún momento creyó que iba a ser objeto de las críticas agresivas de los sectores más retrógradas del estado español. Lo único que quiere es disfrutar jugando al fútbol y en temas políticos prefiere mantenerse al margen




Fuente: Sport
Tot el camp, es un clam, som la gent Blau Grana, Tan se val d'on venim, Si del sud o del nord, ara estem d'acord, estem d'acord, una bandera ens agermana. Blau Grana al vent, un crit valent, tenim un nom, el sap tothom Barça!, Barça!, Baaaarça!!!! Jugadors, Seguidors, tots unit fem força, son molts d'anys plens d'afanys, son molts gols que hem cridat i s'ha demostrat, s'ha demostrat, que mai ningú no ens podrà tòrcer, Blau Grana al vent, un crit valent, tenim un nom, el sap tothom Barça!, Barça!, Baaaarça!!!!

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