La canarinha ha salido dispuesta a tomar el mando del partido desde el primer minuto de juego, con el buen trabajo de Rafael, dueño de su banda, y el papel destacado de Hulk y Neymar, ambos se han entendido muy bien, y de sus botas han nacido las mejores acciones. En el minuto 9 Neymar ya avisaba al disparar raso y lamiendo el palo un centro de Hulk. Ha sido el propio Hulk quien ha combinado dentro del área con Rafael, y éste, tras controlar con la derecha y armar rápido un zurdazo ha subido el primer gol al marcador. En trece minutos Brasil parecía liquidar el encuentro. Primero ha sido Leandro Damiao y Neymar subía el 3 a 0. El crack del Santos ha iniciado la jugada. Ha abierto a la banda izquierda, combinando con Hulk y rematando posteriormente de cabeza desde dentro del área pequeña. Poco podía imaginarse Neymar que su gol iba a ser decisivo.
En este primer tiempo Egipto ha sido nulo en ataque, contabilizando sólo un disparo de falta desde fuera el área a cargo de Aboutrika. Pero el segundo tiempo ha sido como la noche y el día con el primero. Si en el primero cada llegada de Brasil se veía que podía acabar en gol, en el segundo periodo, pese a que la canarinha ha salido entonada, e incluso presionando a los egipcios la salida del balón, la situación ha sido otra.
Hasta que en el 51 Aboutrika ha encontrado la recompensa del gol al buen juego que estaba desplegando. Bien es cierto que el capitán de Egipto estaba en fuera de juuego posicional en el lanzamiento de la falta, pero no intervenía. Este gol ha puesto nerviosa a Brasil, que ha sido presa de las imprecisiones, los nervios y, por qué no decirlo, de la relajación. Eso sí, Neymar pudo marcar un precioso gol de cabeza entrando desde atrás, al impactar un nuevo centro de Hulk, pero fue Egipto la que dio un paso al frente.
Fathi y Salah tuvieron sus ocasiones, y fue este último el que con un disparo desde fuera del área con la zurda batía al meta brasileño en el minuto 75. Quedaban quince minutos por delante y podía pasar de todo. El partido era un ir y venir. Marcelo, muy impreciso en defensa y ataque, centró mal un balón que podía haber acabado en gol y al final el marcador no se movió más; en un choque que ha servido para ver lo bueno y lo malo de un Brasil, que, si quiere aspirar al oro, no puede desdibujarse con tanta facilidad.
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